La búsqueda comienza en el inicio de cada temporada. Se detienen en las vidrieras de las zapaterías donde resplandecen los detalles metálicos, las tachas o el glitter. Aunque saben que es poco probable que haya algo para ellas, ingresan al local y piden el número más grande. 40 es el límite. Ellas sobrepasan ese talle. La ilusión de tener ese modelo que vieron en las revistas se termina cuando sumergen sus pies por debajo de la suave cabritilla e intentan subir el cierre, pero sus pies se comprimen tanto que se les hace imposible mantenerse en pie. Decepción y vergüenza son los sentimientos comunes de las mujeres cuyos pies superan la curva promedio de las argentinas, que se ubica entre el 36 y el 38. Algunas de ellas aseguran que en ese momento recuerdan al escena de las hermanastras de Cenicienta, cuando se prueban el pequeño zapato de cristal, y se tuercen y retuercen, pero no les queda la joya en sus pies. Así es que al final del camino deben conformarse con calzado feo, clásico o con lo que encuentran en los saldos ¿A vos te pasa lo mismo?
A Inmaculada Ruiz Santana, fundadora del Club del Pie Grande (una red que ya tiene 20.000 socios) la vida le cambió cuando por casualidad escribió una carta de lectores de un diario. Allí contó por primera vez que calza 41 y que tiene cuatro hijas que calzan entre 42 y 43. "Son chicas de pie largo, pero no de pie deforme. Siempre se ha asociado el pie largo con gente mayor, con deformaciones en los pies, con callos o juanetes. Y esto no es la realidad actual. Hoy la raza está creciendo en altura y volumen. Hay problemas con los talles de la ropa, pero nadie habla de los talles de calzado", comentó Inmaculada, que en la actualidad exige una Ley de Talles extendida a ropa y a calzado... pero no a cualquier medida. También contó que cada vez reciben más comentarios de españoles (allí se lanzó la ley de Talles dos años antes que en Argentina), que están siendo inundados con calzado marcado como 42, que no le entra a nadie. "Son chorizos largos y muy angostos, hechos con hormas número 40, a las que se les pone suplementos en la punta y en el talón para estirarlos. Son una pérdida de dinero, de ilusión, de tiempo y de energía. Así que casi agradezco que el tema de la Ley de Talles no haya prosperado mucho... porque aprendiendo de los errores de otros, podemos mejorar la misma", agregó Inmaculada.
- ¿Por qué no se consiguen zapatos grandes?
- El calzado es mas complicado y complejo de elaborar que la ropa, porque no hay máquinas para hacerlos de manera industrial. Las máquinas industriales son muy caras; algunas valen mas de US$ 20.000. Entonces, casi todos se hacen a mano. Y te piden un mínimo de 300 pares para hacerlos. Un artesano tarda en hacer 10 pares lo mismo que de manera industrial se hacen 30. Todo eso se traduce en costos mas elevados sobre un mismo producto.
Tucumán no es ajeno a este conflicto comercial. Milagro Hernández, de Vinagre y Rosas, empezó vendiendo calzado especial para mujeres desde el número 34 al 44. Pero por una mudanza y por la falta de capital para arrancar una nueva temporada (necesitaba $200.000 para invertir) decidió vender lencería de talles especiales, que le requirió menos dinero. Ahora trabaja con liquidación de zapatos grandes: Milagro cuenta que en su negocio se consiguen zapatos clásicos y botas de muy buena calidad.
Pero el problema para conseguir zapatos no es una cuestión de género. A los hombres les pasa lo mismo. Pablo Osores es jugador de básquet y por supuesto su pie no es pequeño. El deportista tucumano mide 1,94 y calza 46. "Con mis compañeros hacemos un solo pedido para que nos traigan zapatillas de básquet. Pero encontrar calzado para la calle es muy difícil. Doy vuelta al centro y no siempre me quedo con lo que me gusta; ya no me ilusiono antes de salir a comprar", confesó Pablo. Luis Herrera, vendedor de zapatos desde hace 30 años en Sportsman, asegura que ha visto muchos hombres que no han podido encontrar zapatos de vestir y que varios de esos casos buscaban calzado para sus casamientos. "Hablé con unos fabricantes y me contaron que el problema no es el cuero -eso se corta en diferentes tamaños y listo-, sino es la base de goma, que no es fácil de conseguir. Las fábricas ya retiraron del mercado el 48. A nosotros, si nos piden con anticipación, los conseguimos, pero lleva su tiempo", destacó el vendedor.
Pero para la DJ Miss Chic (su nombre es Cecilia Cortés) esas limitaciones la llevaron a diseñar sus propios zapatos. "Calzo entre 41 y 42. Nunca consigo aquí, por eso tengo que comprar en Buenos Aires, donde encargué unos zapatos a medida para salir. En Tucumán es imposible encontrar calzado grande; apenas llega un par de 40 y, obvio, lo compran rapidísimo", comentó la DJ.
Famosas con pie grande
Aparecieron en kill bill
Los pies poco estéticos de Uma Thurman tuvieron más de unos minutos en el cine. Fue durante una escena en Kill Bill. Largos y extremadamente delgados, sus pies calzan 43. Claro, ella mide 1.80.
Calzado a medida
Nicole Kidman no tiene problemas en estar perfecta en la alfombra roja. Por supuesto que ayuda tener millones para gastar en calzado a su medida: talle 42. Y este año será imagen de la marca de zapatos Jimmy Choo.
Katie, Paris, Máxima y Eva
Katie Holmes, otra ex esposa de Tom Cruise, debe comprar zapatos talle 42. Y eso que no es tan alta, ya que mide 1.75. Otras famosas con pie grande son Paris Hilton (43), la reina Máxima de Holanda (42) y Eva Mendes (41).